Mundial Sudafrica 2010: HOLANDA ALCANZA SU TERCERA FINAL TRAS VENCER A URUGUAY

La 'Naranja Mecánica' de Cruyff y compañía ya tiene sucesora. Quizás ésta no juegue como la del 74, pero se ha metido en la final del Mundial con todos los honores. Sneijder y Robben, una vez más, lideraron el triunfo de la 'Oranje' frente a una Celeste que dio la cara hasta el último suspiro.


Algún ejecutivo listo de una productora en Holanda estará ya pergeñando el guión de un telefilm basado en el último año de vida de Wesley Sneijder y Arjen Robben. El título de la lacrimosa y épica serie podría ser algo así como 'Del olvido a la gloria'. Porque tiene bemoles lo que ha ocurrido con estos dos señores en los últimos doce meses. De sus salidas forzadas del Madrid a plantarse en la final de la Champions y en la gran cita del 11 de julio en Johannesburgo. Sneijder ha logrado ya un triplete con el Inter y Robben ha arrasado en Alemania con el Bayern. Pero no se conforman.

Holanda, como cabía esperar, superó a la Celeste merced a tres minutos de inspiración del diabólico ataque de la 'Oranje'. Suficientes para plantarse en la tercera final de su historia, aunque esta Holanda está un escalón por debajo de la que alcanzó las finales del 74 y 78 y de la que se proclamó campeona de Europa en el 88. Aun así, sus méritos son indiscutibles. Es el único equipo invicto del torneo y ya se 'cargó' a Brasil, gran favorita al entorchado tras su exhibición ante Chile.

El partido fue feo en su mayor parte, aunque la emoción y la trascendencia del resultado opacan cualquier comentario en este sentido. Uruguay salió convencida de lo que tenía que hacer, un plan que le funcionó a la perfección durante muchos minutos. Tras una primera ocasión de Kuyt, que no supo sacar tajada de un mal despeje de Muslera, el encuentro entró en una dinámica francamente favorable a los intereses charrúas. Ni había ocasiones ni se esperaban, tal era el fútbol esgrimido por uno y otros.

Hasta que Giovanni van Bronckhorst lanzó un misil cruzado desde 35 metros e hizo saltar la banca. El duelo estaba en el terreno que quería la 'Oranje', con la Celeste obligada a atacar, pero los hombres de Van Marwijk no supieron gestionar su preciado tesoro. Uruguay dio un paso al frente y Holanda, al lado. Seguía sin haber ocasiones, lo que era una pésima noticia para los 'Tulipanes', que tenían todo a su favor para cerrar el encuentro.

Uruguay, que partía en desventaja por las notables ausencias de Lugano y, sobre todo, Luis Suárez, se aferró a su líder, al gran Diego Forlán, para equilibrar la contienda poco antes del descanso. El disparo lejano del 'Cacha' hizo un extraño y Stekelenburg, cancerbero holandés, puso el resto. 1-1 y todo por decidir.

La segunda mitad era un espejo de la angustia holandesa. Se habían visto con pie y medio en la final y ahora el partido estaba en el alero más que nunca. Los nervios casi le juegan una mala pasada a Stekelenburg, que salió a destiempo a despejar una internada de Cavani y dejó su meta huérfana. Por fortuna para él, Van Bronckhorst estuvo al quite para despejar de cabeza un remate lejano de un atacante charrúa.

Los minutos pasaban y el duelo era una moneda al aire. Forlán dispuso de una falta para abrazar la posteridad, allá donde duerme el recuerdo de Schiaffino y Ghiggia, pero Stekelenburg despejó su disparo. Y ahí 'murió' Uruguay.

En cuatro minutos, los que van del 69 al 73, Holanda decantó la semifinal. Bastaron tres arrebatos de inspiración. Tres coletazos de un equipo superior que estaba tirando por la borda la posibilidad de alcanzar la final de un campeonato del mundo.

Robben falló a puerta vacía tras un despeje de Muslera a un disparo de Van der Vaart, pero sólo un minuto después llegó el 1-2. Sneijder tira desde la frontal del área, el balón pega lo justo en un zaguero charrúa y Van Persie, en posible fuera de juego, no logra desviar la trayectoria para que el esférico bese las mallas casi llorando.

Antes de que Uruguay despertase de su pesadilla llegó el tercero. Centro de Kuyt y cabezazo precioso e inapelable de Robben desde el punto de penalti. De ahí en adelante pudo llegar una goleada de la 'Oranje', tal era la 'pájara' de la Celeste, pero lo que llegó fue un postrero tanto de Maxi Pereira que sólo sirvió para dar algo de emoción a los estertores del encuentro.