Nasri, Clasifica al Arsenal
a pasar por encima de un Oporto descalabrado. Esta noche sí, Nasri desmintió a quienes creyeron que se había estancado esta temporada tras su prometedor arranque en la anterior.
Arshavin también estuvo espléndido. Barrió toda la banda izquierda, desde sus ayudas al lateral, Clichy, hasta las llegadas al pico del área defendida por Fucile. Allí, el delantero ruso se fumó al lateral uruguayo a golpe de regate en corto, muy seco, que lo dejó listo para centrar. Al remate acudió Bendtner, con más puntería ayer que en toda la temporada.
Eclipsado por la omnipresencia de Cesc, Nasry aprovechó ayer la ausencia por lesión del mediocampista español para recuperar las viejas sensaciones del Marsella. Su juego de paredes fue eléctrico, muy vertical, y el Arsenal mostró la frescura de sus mejores días, con continuos desmarques y transiciones rápidas con las que disfrutar y hacer disfrutar.
El Oporto arrastró a la Champions la confusión que le persigue en la Liga, a años luz del Benfica y del Braga, añorando todavía la marcha de Lucho González al Marsella. El gesto amargo en el banquillo del técnico, Jesualdo Ferreira, expresaba toda la incapacidad del conjunto portugués.
El partido se enfrió tras el descanso. En parte porque el Arsenal aflojó, en parte porque el Oporto mejoró con Cristian Rodríguez. El centro desde la izquierda del uruguayo lo remató Falcão en la mejor jugada de los lusos, desbaratada por Almunia. Surgió entonces la larga zancada de Diaby para darles un respiro a los gunners
Acuciado por la necesidad, el Oporto se lanzó a la yugular en un cabezazo picado de Cristian que hubo de sacar Nasri desde debajo del palo derecho de Almunia. Como un resorte, el volante francés se marchó al ataque. Y recogió un balón en la posición de extremo derecho, sin sospechar el Emirates que iba a asistir a una de las jugadas del año en la Champions Una sucesión de quiebros, frenazos y acelerones con los que sorteó a tres defensas en distintas fases antes de plantarse ante Helton, al que batió de tiro cruzado.
Noqueado el Oporto, el Arsenal lanzó una contra fulminante; el pase preciso de Arshavin y el regate en carrera del potente Eboué. La fiesta del Arsenal la completó el hat trick de Bendtner, que marcó el tercero de penalti. Nasri ya lo estaba celebrando en la ducha, sustituido por Wenger para que recogiera la mayor ovación de su vida. Había jugado, ahora sí, el príncipe heredero.
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