El Madrid caza en pareja: Cristiano e Higuaín
El Madrid llegó advertido a Getafe. Un victoria en cinco visitas. El mayor peligro está en los recorridos cortos, que diría Tráfico. Y con un pisotón de acelerador liquidó a un Getafe inánime, desganado, sin colocación y con un portero transparente.
El asalto del Madrid fue breve pero de manual. Presentó la versión más abrigada de su defensa, con Arbeloa en lugar de Marcelo en la izquierda, maniobra que anuló a Pedro León. Luego, el manejo Gago-Xabi Alonso le dio la pelota. Y al movimiento táctico que envolvió al eje Boateng-Casquero-Parejo le siguió la inmisericorde artillería de Cristiano Ronaldo, un argumento incontestable.
En la primera falta al borde del área que regaló el Getafe asomó la derecha de altísima precisión del portugués. Esta vez hizo blanco por el palo del portero, lo que siempre deja a éste en mal lugar. Pero el pelotazo resultó vertiginoso. "Llamémoslo tomahawk", que diría el portugués.
Y el Madrid, advertido contra desvanecimientos como el que sufrió ante el Sporting y le metió en un lío, aprovechó aquel boquete para mandar a la infantería y hacer pedazos al Getafe. En la maniobra final siempre anduvo Gago, dispuesto a aprovechar la flaqueza de Lass en beneficio propio. El olor a Mundial tiene un gran efecto estimulante.
Un pase suyo a Van der Vaart, que el holandés le entregó a Higuaín, dibujó el 0-2. Y otro envío profundo, esta vez sin intermediarios, de argentino a argentino, acabó en el 0-3. El Madrid necesitaba los puntos y el golpetazo en la mesa.
Floja respuesta
La reacción del Getafe resultó tímida. Dio para un piscinazo de Pedro León bien ignorado por el colegiado y para un fuera de juego discutible de Miku que mandó a la red Gavilán cuando ya había pitado Fernández Borbalán.
Después volvió la artillería blanca y Cristiano se fue directamente a por Messi con un zapatazo desde la derecha, previa bicicleta, que estuvo a punto de volarle la cabeza a Ustari antes de acabar en la red. De abdominales y pegada anda mejor que el Balón de Oro.
Antes del descanso, una salida imprudente de Casillas, a la que llegó tarde ante Parejo, puso al mediapunta del Getafe el 1-4 del honor en su punto de mira y no perdonó pese a que el meta blanco andaba en el suelo, fuera del área y con un tobillo maltrecho producto de una entrada fuerte pero no punible. Visto el lance, no merece reproche la decisión de Parejo, que intentó disculparse y se encontró la reacción airada del guardameta.
Con el combate perdido, el Getafe alzó la guardia con dos cambios (Manu por Gavilán y Celestini por Parejo) y una decisión inteligente: adelantar unos metros la defensa para hacer pensar más al Madrid. El equipo de Michel, que acabó expulsado, sufrió menos, creó tres buenas ocasiones, marcó su segundo gol y minimizó su mal comienzo, aunque los puntos nunca estuvieron a su alcance. La derrota le cogió mientras se ajustaba el uniforme en el vestuario.
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