Gano el Atletico gracias a goles de Aguero y Forlan
Los últimos trenes hacían parada en el Vicente Calderón. Para el Atlético con destino a la Europa League, para el Athletic hacia la Champions League. El trayecto de los rojiblancos va a ser más complicado porque de repente se ha visto sorprendido por una crisis ajena (la del Sevilla) que le obliga a ascender con una velocidad vertiginosa si no quiere jugarse un billete a Europa a un solo partido (la final de Copa). Es lo que tiene apoyarse en los demás para lograr tus objetivos. Y viendo que los de Quique aprovecharon su viaje a Palma para darse otro garbeo por el oscurantismo, no quedaba otra que apelar al redentor, al Kun Agüero. Situación más idílica se vivía en Bilbao, con la Champions a tiro y con los dientes afilados de Llorente. Viendo la defensa rojiblanca, todo hacía presagiar que el nueve bilbaíno podía campar a sus anchas ante la defensa bipolar. Y así sucedió porque Llorente tardó un minuto en avisar con un testarazo tras falta botada por Gurpegui, pero De Gea sacó la manopla para desviar a córner.
El Athletic se sentía más cómodo en la cancha y gracias a una buena presión en la medular conseguía ahogar la salida del Atlético. Eran minutos para los de Caparrós y Llorente no dudaba lo más mínimo con un latigazo lejano que se estrelló al palo. Se olía un buen duelo de atacantes. El del lado visitante ya había metido el miedo, el del otro bando, el Kun, tardó diez minutos en contraatacar con una jugada personal desde el medio del campo que ocasionó un saque de esquina y poco después otra contra del argentino rompió dos líneas que los vascos atajaron haciendo falta.
El termómetro rojiblanco pasaba por Jurado. El gaditano tenía hoy la difícil tarea de suplir a Tiago, el cerebro del Atlético desde el mercado invernal. Más retrasado de lo normal, Jurado no conseguía conectar con los dos de arriba en los primeros minutos y se veía obligado a recibir más atrás de lo deseado. Eso hacía que Forlán y el Kun, acosados por los buenos marcajes, tuvieran que hacer la guerra por su cuenta con disparos lejanos en el caso del uruguayo o con la velocidad del argentino. En un ataque del Atlético el balón cayó sobre Agüero y su centro golpeó en el brazo de San José sin que el colegiado Ramírez Domínguez entendiera intencionalidad.
El Athletic seguía fiel a su estilo, tocando hasta que la pelota caía en los pies de Llorente, enchufadísimo desde el primer minuto. Un eslalon sobre Valera, al que dejó sentado dentro del área, es prueba del recital del león, que levanta la mano ante la mirada de Vicente del Bosque.
Mientras el equipo bilbaíno cercaba la puerta, el Atlético sufría horrores para sacar el balón con Assunçao en su línea, haciendo de lugarteniente en defensa, y Jurado pastoso a la hora de crear. De hecho dos pérdidas seguidas, primero de Jurado y después del portugués, regalaron la último acometida vasca antes del descanso.
Así acabó y así empezó la segunda. Un Atlético necesitado de fútbol buscaba la manera de frenar a Llorente y hasta cuatro jugadores se agolparon sobre el navarro en la primera jugada de peligro pero el atacante salió indemne y su pase hacia atrás no lo aprovechó Toquero.
La primera en la frente
Aún así tampoco se podía decir que el Athletic de Bilbao fuera dueño y señor del partido porque al Atlético le van este tipo de partidos, bien replegados atrás para lanzarse hacia arriba. Además los vascos no imprimían la misma velocidad para trenzar jugadas como en la primera mitad. Y es que el Atlético de Madrid se está acostumbrando a vivir con lo justo y necesario, sin tener muchos detalles con la grada, pero con una precisa ejecución cuando es necesario. Además tiene a dos delanteros que conjugan a la perfección. Cuando todo el mundo espera a Forlán, aparece el Kun, y hoy que todos esperaban al Kun, apareció Forlán. En la primera oportunidad del Atlético de Madrid, el uruguayo abrió el marcador gracias a una buena carrera de Valera por la derecha para batir por raso a Iraizoz.
El incisivo juego del Athletic se transformó en dudas. Ni la entrada de Susaeta y Yeste levantaban el ánimo ante un Atlético crecido desde el tanto, con ocasión del Kun de cabeza con gran intervención de Gorka y disparo lejano de Forlán que atajó como pudo de nuevo el cancerbero vasco.
El Vicente Calderón parecía una sala de hipnosis donde los delanteros locales se aprovechaban del estado mental de su oponente para noquear definitivamente a su rival y debían hacerlo antes de que el león despertara porque la calidad de Yeste, Muniaín y Javi Martínez la iba aprovechar Llorente a la menor oportunidad. Pero el aturdimiento del equipo vasco era más profundo de lo esperado y cuando más lo necesitaba el Atlético, apareció el rescatador. El Kun Agüero aprovechó un balón dentro del área al filo del final para poner la tranquilidad, seguir escalando hacia Europa, hacer las paces con la afición y pensar en el derbi ante el Real Madrid.
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