El Vaticano expresa "estupor" por allanamiento policial belga

El papa Benedicto XVI saluda a la prensa en el Vaticano - Ap Agencia

CIUDAD DEL VATICANO |

La Santa Sede expresó el viernes su "estupor" y "consternación" ante el allanamiento policial del hogar y la antigua oficina del arzobispo de Bélgica, recientemente jubilado, como parte de una investigación sobre sacerdotes pederastas. Las pesquisas belgas también incluyeron las tumbas de dos arzobispos.
 El Vaticano dijo que todo abuso pecaminoso y criminal de menores por parte de miembros de la Iglesia debe ser condenado, pero en un comunicado expresó su "estupor por la manera como se realizó el allanamiento".

 El Vaticano convocó al embajador belga ante la Santa Sede para expresarle su enojo por los allanamientos.
 Los investigadores también abrieron las tumbas de los arzobispos en la Catedral de San Romualdo en Malinas, cerca de Bruselas, buscando posiblemente documentos incriminatorios, dijo Jean-Marc Meilleur, vocero de la fiscalía pública de Bruselas.

 En un comunicado, la Secretaría de Estado vaticana dijo que cualquier abuso contra menores de edad de parte de los curas debe ser condenado y repitió que es necesaria la aplicación de la justicia y de reparaciones.

 Agregó, sin embargo, que también expresa su "asombro por la manera en que se realizó la búsqueda". Asimismo, expresó su "indignación por la violación de las tumbas".

 El jueves, policías belgas catearon la casa y la antigua oficina del ex arzobispo Godfried Danneels, de donde se llevaron documentos y la computadora personal del prelado.

La policía y los fiscales no dijeron si Danneels era sospechoso de haber cometido abusos o si simplemente tenía archivos que pertenecen a alegaciones contra otra persona. El ex arzobispo no fue interrogado.

 Por separado, la Policía belga decomisó los archivos de una comisión independiente que investiga unos 500 casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes. La mayoría de las víctimas son hombres que tienen ahora más de 60 o 70 años.

 Esta acción también fue condenada por la Secretaría de Estado vaticana, que la calificó de violación de la confidencialidad que merecen las víctimas del abuso de menores.