Mundial Sudafrica 2010: España resuelve el pase en su peor partido
España resolvió su partido más difícil y alcanzó la victoria en su actuación menos brillante. Chile se portó como un toro bravo y los jugadores de Vicente Del Bosque tuvieron que templarlo antes de ejecutar la suerte suprema del gol.
Tal vez cuando menos lo merecía España, el 1-0 de Villa fue un oasis en medio del desierto. Hasta entonces, Chile dominaba, ahogaba y planteaba dificultades que España ni sabía ni podía solucionar. Sin la posesión del balón, todo se fiaba a alguna acción aislada... al contragolpe. Desde luego, una situación totalmente alejada de la filosofía de la selección.
El gol de Villa descorazonó a los chilenos. No lo esperaban. Entonces, con Iniesta al frente de las operaciones y Busquets de guardaespaldas, España encontró el balón y el oxígeno. Tras un robo, llegó el 2-0 y el descanso.
Si algo demostró el encuentro, es que el Mundial es un camino tortuoso en el que se sufre del primer al último partido. Ante Suiza, un accidente. Frente a Honduras, la falta de puntería. Y contra Chile, la falta de balón. Lo que menos se esperaban jugadores como Xavi es que fueran a estar veinte minutos sin oler el cuero. Y así fue. El primer tramo del encuentro fue un discurso chileno basado en la presión, la búsqueda de espacios y la posesión de la pelota. La única virtud de España en esos minutos fue no caer en la descomposición.
Es cierto que Chile tiene un problema. A veces juega con exceso de pasión. Amaga pero no da. En esas circunstancias discurría el partido cuando apareció la magia de Villa. Al meta Bravo le entró el pánico cuando vio correr a Torres con uno de sus defensas, midiendo su velocidad como lo hizo con Lahm el día de la final de la Eurocopa. Bravo quiso salir a apagar un incendio y lo que hizo fue avivarlo porque su atolondrado despeje le cayó a Villa que metió el balón por el ojo de una aguja.
La segunda parte debería haber sido cómoda. Lo fue a ratos. De entrada, la fortuna fue esquiva porque Chile marcó de rebote. En algún momento, los chicos de Bielsa tenían que bajar la guardia. Lo fueron haciendo al tiempo que España mantenía el cuero gracias, entre otras cosas, a la entrada de Cesc. Pero tener el balón y no hacer daño sirve de algo relativamente. Al menos, el rival no lo disfruta, pero se echó de menos frescura en ataque para cerrar el duelo.
España, en el tramo final, volvió a dar muestras de debilidad física y, por ende, técnica. La falta de frescura provocó un juego irregular, basado casi siempre en que a Villa se le ocurriera algo.
Así que nos fuimos al vestuario con la satisfacción del primer puesto pero también con muchas preguntas sin resolver. ¿Por qué no hay chispa en ataque? ¿Por qué el balón no circula a la velocidad de siempre? ¿Por qué Xavi no entra en juego? ¿Por qué Torres apenas crea peligro? ¿Por qué nos arrebata el balón un rival, en teoría, inferior? ¿Por qué, teniendo el balón, no hacemos mucho daño? Ojalá contra Portugal lleguen las respuestas.
Tal vez cuando menos lo merecía España, el 1-0 de Villa fue un oasis en medio del desierto. Hasta entonces, Chile dominaba, ahogaba y planteaba dificultades que España ni sabía ni podía solucionar. Sin la posesión del balón, todo se fiaba a alguna acción aislada... al contragolpe. Desde luego, una situación totalmente alejada de la filosofía de la selección.
El gol de Villa descorazonó a los chilenos. No lo esperaban. Entonces, con Iniesta al frente de las operaciones y Busquets de guardaespaldas, España encontró el balón y el oxígeno. Tras un robo, llegó el 2-0 y el descanso.
Lo que menos se esperaban jugadores como Xavi es que fueran a estar veinte minutos sin oler el cuero. Y así fue
La segunda parte comenzó con susto. Chile, con fortuna, acortó distancias, pero no hubo temblor de piernas. La Roja (La Azul esta vez) masticó el balón. Del Bosque dio entrada a Cesc para asegurar la posesión. Chile se desinfló, España controló y se acabó la historia.Si algo demostró el encuentro, es que el Mundial es un camino tortuoso en el que se sufre del primer al último partido. Ante Suiza, un accidente. Frente a Honduras, la falta de puntería. Y contra Chile, la falta de balón. Lo que menos se esperaban jugadores como Xavi es que fueran a estar veinte minutos sin oler el cuero. Y así fue. El primer tramo del encuentro fue un discurso chileno basado en la presión, la búsqueda de espacios y la posesión de la pelota. La única virtud de España en esos minutos fue no caer en la descomposición.
Es cierto que Chile tiene un problema. A veces juega con exceso de pasión. Amaga pero no da. En esas circunstancias discurría el partido cuando apareció la magia de Villa. Al meta Bravo le entró el pánico cuando vio correr a Torres con uno de sus defensas, midiendo su velocidad como lo hizo con Lahm el día de la final de la Eurocopa. Bravo quiso salir a apagar un incendio y lo que hizo fue avivarlo porque su atolondrado despeje le cayó a Villa que metió el balón por el ojo de una aguja.
En la segunda parte, los chicos de Bielsa bajaron la guardia, al tiempo que España mantenía el cuero gracias, entre otras cosas, a la entrada de Cesc
Respiró España. Chile acusó el golpe. De tener el balón, pasaron a correr detrás de él y a dar patadas. En el momento justo, llegó el gol de Iniesta, tras un robo excelente. En la misma acción, fue expulsado Estrada y aquello aclaró el panorama. Los chilenos jugaban al límite en todo. Dando cera, también.La segunda parte debería haber sido cómoda. Lo fue a ratos. De entrada, la fortuna fue esquiva porque Chile marcó de rebote. En algún momento, los chicos de Bielsa tenían que bajar la guardia. Lo fueron haciendo al tiempo que España mantenía el cuero gracias, entre otras cosas, a la entrada de Cesc. Pero tener el balón y no hacer daño sirve de algo relativamente. Al menos, el rival no lo disfruta, pero se echó de menos frescura en ataque para cerrar el duelo.
España, en el tramo final, volvió a dar muestras de debilidad física y, por ende, técnica. La falta de frescura provocó un juego irregular, basado casi siempre en que a Villa se le ocurriera algo.
Así que nos fuimos al vestuario con la satisfacción del primer puesto pero también con muchas preguntas sin resolver. ¿Por qué no hay chispa en ataque? ¿Por qué el balón no circula a la velocidad de siempre? ¿Por qué Xavi no entra en juego? ¿Por qué Torres apenas crea peligro? ¿Por qué nos arrebata el balón un rival, en teoría, inferior? ¿Por qué, teniendo el balón, no hacemos mucho daño? Ojalá contra Portugal lleguen las respuestas.
Mundial Sudafrica 2010: España resuelve el pase en su peor partido
Reviewed by wilynoel
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6/25/2010 05:33:00 p. m.
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