Mundial Sudafrica 2010: Honduras se despide con honor y Suiza con impotencia
El fútbol de Suiza fue puntual una vez más con la desidia y la falta de cariño al balón, salvo honrosas excepciones -léase Barnetta e Inler-. Los de Hitzfeld necesitaban ganar por dos goles de diferencia a Honduras, si es que no querían participar en la orgía de numeros en que andaban las calculadoras de medio mundo. Por su parte, Honduras apeló desde el primer momento a un concepto tan puro y ajeno a algunas selecciones -Italia, Francia- como es el 'honor'. Bien por Honduras.
Tras ver este partido, una de las pocas certezas que tengo es que la victoria de Suiza contra España fue, cuanto menos, obscena. Bien es cierto que en la primera mitad se puede decir que Suiza llevó el peso del partido, aunque si fuera un combate de boxeo, el resultado no se podría haber resuelto ni a los puntos.
En el primer cuarto de hora, Honduras demostró una vez más tener buenas intenciones, algo que al menos le valdrá para ganarse la simpatía de la afición mundialista. En este tipo de encuentros, los únicos que se pueden poner las botas son los ojeadores internacionales. Ya que no hay fútbol, al menos sí hay buenos futbolistas, uno por uno. Uno de ellos es el lateral hondureño Álvarez, jugador del Bari italiano, rapidísimo e incisivo por la banda derecha. Y en la izquierda, Ramón Núñez, de 24 años, demostró que si estuviera más pulido en una liga de mayor nivel, estaría en Europa.
Ni antes ni después del gol de Villa (minuto 24), Suiza se puso nerviosa, ni aumentó su tensión futbolística. Apenas un disparo cruzado de Inler y un buen cabezazo de Derdiyok a pase de Barnetta fue lo más destacable de Suiza en la primera mitad.
Los de Hitzfeld aumentaron el control del juego según discurría la primera parte, pero volcados al ataque -es un decir-, descuidaron más la defensa, lo cual intentó aprovechar Honduras a la contra. Si el equipo de Rueda hubiera tenido un punto más de calidad, podría haber marcado perfectamente en una de las dos contras que tuvo en la primera parte, pero Núñez, a pesar de ser rápido y de buenas intenciones, estuvo impreciso. Antes del descanso, N'Kufo pudo marcar para Suiza, tras un buen centro de Derdiyok que no acertó a rematar ni con la cabeza, ni con el pecho.
La segunda parte fue una continuación del guión establecido en la primera: dominio suizo, más aplastante según iba desordenándose la defensa hondureña, y contras más o menos peligrosas de Honduras. En una de las cabalgadas de la selección centroamericana pudo llegar el primero. David Suazo remató fuera de cabeza tras una jugada impecable de Álvarez por banda derecha, con desborde y recorte al más puro estilo del extremo clásico.
Suiza seguía a lo suyo, con Barnetta, el hombre de más calidad en Suiza, poco participativo para las imperiosas necesidades de su selección. Se vieron muchos balones al área, disparos desde larga distancia, varios córners... pero ninguna ocasión clarísima.
En el minuto 70, por fin Honduras tuvo su gran ocasión para hacer las maletas con buen sabor de boca. Otra contra de los de Rueda acabó con un mano a mano entre Benaglio y Álvarez, pero el portero suizo sí demostró ser de primer nivel y paró el disparo del hondureño. Unos minutos más tarde, Welcome marcó para Honduras, pero el colegiado argentino Baldassi pitó fuera de juego y echó abajo la fiesta que se estaba gestando en los hogares hondureños.
Los suizos no perdieron su habitual frialdad: ni cuando necesitaron un sólo gol se sobresaltaron ni se pusieron nerviosos. No fue por falta de ganas, sino de calidad, por el motivo que no ganaron. Honduras, que enarboló la bandera del honor, se marcha de Sudáfrica con la seguridad de que ha sido uno de los equipos que mejor nos ha caído de todo el Mundial.
Tras ver este partido, una de las pocas certezas que tengo es que la victoria de Suiza contra España fue, cuanto menos, obscena. Bien es cierto que en la primera mitad se puede decir que Suiza llevó el peso del partido, aunque si fuera un combate de boxeo, el resultado no se podría haber resuelto ni a los puntos.
En el primer cuarto de hora, Honduras demostró una vez más tener buenas intenciones, algo que al menos le valdrá para ganarse la simpatía de la afición mundialista. En este tipo de encuentros, los únicos que se pueden poner las botas son los ojeadores internacionales. Ya que no hay fútbol, al menos sí hay buenos futbolistas, uno por uno. Uno de ellos es el lateral hondureño Álvarez, jugador del Bari italiano, rapidísimo e incisivo por la banda derecha. Y en la izquierda, Ramón Núñez, de 24 años, demostró que si estuviera más pulido en una liga de mayor nivel, estaría en Europa.
Ni antes ni después del gol de Villa (minuto 24), Suiza se puso nerviosa, ni aumentó su tensión futbolística. Apenas un disparo cruzado de Inler y un buen cabezazo de Derdiyok a pase de Barnetta fue lo más destacable de Suiza en la primera mitad.
Los de Hitzfeld aumentaron el control del juego según discurría la primera parte, pero volcados al ataque -es un decir-, descuidaron más la defensa, lo cual intentó aprovechar Honduras a la contra. Si el equipo de Rueda hubiera tenido un punto más de calidad, podría haber marcado perfectamente en una de las dos contras que tuvo en la primera parte, pero Núñez, a pesar de ser rápido y de buenas intenciones, estuvo impreciso. Antes del descanso, N'Kufo pudo marcar para Suiza, tras un buen centro de Derdiyok que no acertó a rematar ni con la cabeza, ni con el pecho.
La segunda parte fue una continuación del guión establecido en la primera: dominio suizo, más aplastante según iba desordenándose la defensa hondureña, y contras más o menos peligrosas de Honduras. En una de las cabalgadas de la selección centroamericana pudo llegar el primero. David Suazo remató fuera de cabeza tras una jugada impecable de Álvarez por banda derecha, con desborde y recorte al más puro estilo del extremo clásico.
Suiza seguía a lo suyo, con Barnetta, el hombre de más calidad en Suiza, poco participativo para las imperiosas necesidades de su selección. Se vieron muchos balones al área, disparos desde larga distancia, varios córners... pero ninguna ocasión clarísima.
En el minuto 70, por fin Honduras tuvo su gran ocasión para hacer las maletas con buen sabor de boca. Otra contra de los de Rueda acabó con un mano a mano entre Benaglio y Álvarez, pero el portero suizo sí demostró ser de primer nivel y paró el disparo del hondureño. Unos minutos más tarde, Welcome marcó para Honduras, pero el colegiado argentino Baldassi pitó fuera de juego y echó abajo la fiesta que se estaba gestando en los hogares hondureños.
Los suizos no perdieron su habitual frialdad: ni cuando necesitaron un sólo gol se sobresaltaron ni se pusieron nerviosos. No fue por falta de ganas, sino de calidad, por el motivo que no ganaron. Honduras, que enarboló la bandera del honor, se marcha de Sudáfrica con la seguridad de que ha sido uno de los equipos que mejor nos ha caído de todo el Mundial.
Mundial Sudafrica 2010: Honduras se despide con honor y Suiza con impotencia
Reviewed by wilynoel
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6/25/2010 05:26:00 p. m.
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