La dura 'vuelta al cole' de Obama

Barack Obama juega al golf en Arlington. | AP

• La reforma sanitaria y la guerra en Afganistán centrarán su agenda
• Su único consuelo es que la economía empieza a dar señales de recuperación
• Su nivel de popularidad ha caído al 50%, según la última encuesta de Gallup

Ricard González | Washington

Después de unos diez días de vacaciones en la selecta isla de Martha's Vineyard, Barack Obama ya está de vuelta a Washington. Durante su receso estival, el presidente de EEUU no ha podido dejar de lado totalmente sus responsabilidades a causa de la muerte del senador Kennedy, además de otras tareas, como el anuncio de la renovación de mandato del presidente de la Fed, Ben Bernanke. Aún así, más vale que haya encontrado tiempo suficiente para cargar las pilas, porque le espera un 'otoño caliente', en el que deberá lidiar con varios temas espinosos.

Sin duda, el más importante de ellos es la reforma sanitaria, que a Obama le gustaría que se convirtiera en uno de los grandes logros con los que su presidencia pasará a la Historia. El proceso de reforma se encuentra encallado en el Congreso, pues genera recelos entre algunos legisladores clave. A ello, hay que sumarle la furibunda reacción adversa que ha despertado en una buena parte de la población, que ha aprovechado el receso estival para hacer oír sus voces.

Cae su índice de popularidad

De hecho, tal ha sido el furor, que la alta popularidad de Obama se ha esfumado en un abrir y cerrar de ojos. Mientras el 20 de julio, a los seis meses de su investidura, más de un 60% de la ciudadanía aprobaba su gestión, la cifra ha caído en la última encuesta de Gallup hasta sólo un 50%.

Así las cosas, el presidente deberá decidir si pone toda la carne en el asador para convencer a los escépticos de la necesidad de aprobar una reforma ambiciosa, o bien prefiere sacrificar algunos de los elementos más controvertidos de su propouesta en aras del compromiso.

Otro de los temas delicados que ha de abordar es el de la guerra de Afganistán. A finales de mes, y tras recibir el informe de la máxima autoridad militar en el país asiático, el general McChrystal, la Casa Blanca tiene previsto desvelar su nuevo plan estratégico para este conflicto bélico. Uno de los grandes dilemas a resolver será si enviar más tropas a Afganistán -actualmente, hay desplegados cerca de 70.000-, tal como se espera que solicite McChrystal.

Afganistán, 'una guerra necesaria'

Desde su ascenso estelar en la política norteamericana, la "guerra de Afganistán" ha sido siempre una prioridad para el presidente Obama, que la ha descrito como una guerra "necesaria", en contraposición con la de Irak. No obstante, las últimas encuestas revelan que una mayoría de los estadounidenses ha perdido la fe en la victoria. Además, la izquierda pacifista ya ha anunciado el fin del periodo de gracia de Obama, y el inicio de una campaña pública contra la guerra de Afganistán.

Junto con la reforma sanitaria, el otro gran objetivo doméstico del presidente es la aprobación de una ley que reduzca la emisiones de gases contaminantes que provocan el cambio climático. Para muchos congresistas, especialmente aquellos que representan regiones donde la industria del carbón es importante, esta ambición no es menos tóxica que la reforma sanitaria.

Por último, la Casa Blanca espera que las próximas semanas sean claves para reanudar las conversaciones de paz entre palestinos e israelíes. Ante la incapacidad de ambas partes de realizar las concesiones necesarias para volver a la mesa de negociaciones, se espera que Obama presente próximamente su iniciativa de paz que fije obligaciones para ambos. Se rumorea que el escenario podría ser la sesión inaugural del nuevo curso de la Asamblea General de la ONU.

Todos y cada uno de estos temas presentan un campo de minas para el presidente Obama, por lo que deberá andar con pies de plomo al abordarlos si no quiere que su menguante popularidad alcance nuevos mínimos. El único consuelo para el presidente es que la economía estadounidense empieza a dar señales de recuperación, lo que podría convertirse en todo un verdadero salvavidas en caso de fracasar en las inticitativas previstas para esta complicada 'rentrée'.