Mundial Sudafrica 2010: A Paraguay se le fue de las manos los 3 puntos.

La actual campeona del Mundo no pudo comenzar su defensa del título con victoria. Y no porque defraudara en su estreno, ya que nadie esperaba más de lo que el once de Lippi puso este lunes sobre el césped de Ciudad del Cabo: una gran dosis de competitividad y una alarmante falta de talento.

Un equipo campeón herido en el orgullo saltó al Green Point decidido a silenciar a los escépticos que no comparten la barra libre que ciertos jugadores tienen con Lippi. "Azzurri, recordad: Los campeones somos nosotros", anunciaba La Gazzetta dello Sport este lunes en portada. Hasta seis jugadores del once titular levantaron la Copa en Berlín. Y con esa fe arrancó Italia.

La selección 'azzurra' quiso quitarse de un plumazo la losa que pesa sobre los actuales campeones, pero el ritmo que imprimió en el primer tramo de partido se fue diluyendo hasta dejar al descubierto su falta de calidad en el último cuarto de campo. Su superioridad en el centro del campo y las ayudas de Criscito y Zambrotta por los laterales desaborlaron al inicio a Paraguay, pero con Gilardino e Iaquinta perdidos en combate sólo Pepe daba la sensación de verdadero peligro sobre la meta de Justo Villar.

Todas las miradas desde el inicio estaban puestas en el joven Montolivo, recambio de Pirlo mientras el mediocentro milanista siga convaleciente. Montolivo aprobó en su puesta de largo como cerebro de la 'azzurra', aunque su prometedor inicio no tuvo continuidad. Cuando él se perdía, Italia sufría. Demasiado peso para un futbolista de segunda fila dentro de la 'nazionale'.

Goles a balón parado
Al filo del intermedio, Cannavaro y De Rossi perdían la marca de Alcaraz en un centro de Torres y Paraguay se ponía por delante en el marcador. Este tanto encendió las alarmas en Italia, que se marchó al descanso con una extraña sensación: había sido mejor y estaba perdiendo. Por si fuera poco, Buffon se quedaba en el vestuario acusado de unas molestias de espalda.

Paraguay, en cambio, se quitaba el peso de sus ausencias y crecía sobre el césped de Ciudad del Cabo. Fueron los mejores minutos del combinado de Gerardo Martino, que por un rato no se acordó de los Cabañas, Cardozo, Barreto o Santa Cruz, fuera por distintos motivos. Demasiado premio, en cualquier caso, para un equipo que sólo había tirado una vez sobre el marco italiano.

Un fallo de Justo Villar dio al traste con la machada. Pepe botaba un córner y el meta del Valladolid se quedaba con el molde en la salida. Una jugada mil veces repetida en este Mundial, pero con la mala suerte de que acabó en la bota de De Rossi y posteriormente en la red. Faltaba media hora por delante, pero nadie quiso arriesgarse a perder.