Inmigrantes clandestinos serían delincuentes para nueva norma
Miles de personas permanecen indocumentadas en Italia. |
• Crearían rondas de ciudadanos, cuyo objetivo es vigilar las ciudades por la noche para combatir la criminalidad y ayudar a la policía.
Roma, (Agencias).- La Cámara de los Diputados de Italia aprobó ayer con 297 votos a favor, 255 contrarios y tres abstenciones el proyecto de ley sobre seguridad que convierte en delito la inmigración clandestina. El texto, que ahora deberá ser aprobado por el Senado, ha sido fuertemente criticado por la oposición, las organizaciones humanitarias y la Iglesia Católica.
Más seguridad
Tras meses de discusión parlamentaria, el Gobierno que dirige el conservador Silvio Berlusconi ha logrado que la Cámara Baja dé luz verde al paquete de medidas que busca incrementar la seguridad en las calles y endurecer la lucha contra la inmigración clandestina. La norma que ha generado más controversia es la que establece el delito de inmigración irregular. A partir de ahora los extranjeros que no tengan los papeles en regla tendrán que pagar una multa de entre 5.000 y 10.000 euros.
Además, la Cámara de Diputados amplió de dos a seis meses el periodo que los inmigrantes "sin papeles" deben transcurrir en los centros de identificación y expulsión para facilitar que el proceso de repatriación se lleve realmente a término, al dar más tiempo a las autoridades para tramitarlo.
Vigilancia ciudadana
Otra de las medidas impone a los extranjeros el pago de entre 80 y 200 euros si quieren obtener el permiso de residencia. Para conseguir la ciudadanía italiana, en cambio, tendrán que pagar 200 euros. La nueva norma también introduce las discutidas rondas de ciudadanos, cuyo objetivo es vigilar las ciudades por la noche para combatir la criminalidad y ayudar a la policía a localizar a los delincuentes.
La nueva ley de seguridad, que lleva meses debatiéndose, ha recibido una lluvia de críticas no sólo de parte de la oposición, sino también de la Conferencia Episcopal italiana y de las organizaciones humanitarias, entre ellas, Amnistía Internacional. Además de las normas concretas, uno de los aspectos más criticados es la vinculación que se establece entre el fenómeno de la inmigración y la delincuencia, lo cual puede llegar a ser muy peligroso en una sociedad en la que, a menudo, la falta de integración se traduce en posturas racistas o de rechazo hacia el extranjero.
Napolitano advierte riego de xenofobia
Precisamente en la mañana, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, alertó ante el riesgo de que, poco a poco, se vaya difundiendo "una retórica pública" con "acentos de intolerancia y xenofobia". Esto "es todavía más importante en nuestros países donde las diferencias en términos de origen étnico, religioso y cultural han aumentado. He aquí el riesgo de que estas diferencias se traduzcan en un factor de exclusión", advirtió.
De hecho, la cuestión del racismo no sólo preocupa al Presidente de la República y a la oposición, sino también a algunos miembros del Gobierno de centro derecha, como el "número dos" del Pueblo de la Libertad (el partido de Berlusconi) y presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, que pidió "evitar excesos propagandistas" con el tema de la inmigración.
“medidas disuasivas necesarias”
Aun con todo, el primer ministro, Silvio Berlusconi, salió en defensa de la nueva ley asegurando que el país necesita medidas disuasivas, ya que "sino, Italia se convierte en un atracadero para demasiadas personas". En este sentido, "hay una distancia neta entre nosotros y la izquierda. Para ellos las puertas están abiertas de par en par para todos. Nosotros, en cambio, tenemos las puertas cerradas y las entreabrimos sólo para aquellos que vienen a trabajar e integrarse", explicó. Además, "Il Cavaliere" resaltó que las políticas de inmigración de su Gobierno cuentan con el apoyo del "76 por ciento de los italianos".
Por el contrario, el jefe de la oposición, Dario Franceschini, lamentó el modo en que el Gobierno está afrontando estas cuestiones y advirtió de que, a este paso, se volverá a la época en la que el Estado "confió la seguridad a personas con camisas de un mismo color", en alusión a los "camisas negras" que es el nombre con que se denominaba a los miembros de las milicias voluntarias fascistas de Musolini.
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