Ni los rituales andinos hacen llover en La Paz

En tres comunidades, las hojas de las plantaciones de papa están quemadas por el sol y el tamaño de la cebada no llega a los 10 cm y debía estar en 30. Para que llueva, las autoridades incluso claman a la Pachamama.
“Las autoridades están yendo a pedir ayuda a la Pachamama, no tenemos de dónde sacar agua”, dijo Marcos Pari, un comunario del municipio de Calamarca, en el departamento de La Paz, quien acompañó a La Razón a un recorrido por los sembradíos que son afectados por la sequía.

Incluso, relató Pari, fueron a una vertiente, buscaron “un sapito”, lo llevaron a un calvario y lo colocaron dentro de una vasija para que llore. Se esperó tres días, “pero ni eso ha funcionado”.

La falta de lluvias en tres comunidades del altiplano comenzó a afectar a los cultivos.

Así, en los sembradíos de papa, cercanos a la localidad de Calamarca, las hojas de las plantas dejaron de ser verdes y se tornaron de un color café, porque el sol las está quemando. Muchas hojas están dobladas, señal de que la cosecha comienza a perderse, indicó el comunario Pari.

La tierra de esos cultivos está blanca, seca y ya muestra las primeras grietas, por la falta de agua. El miércoles, Pari se agachó, escarbó la tierra y sacó las papas, que eran un poco más grandes que una uva.

La región fue afectada primero por una helada y ahora por la ola de calor que azota a los sembradíos de papa y cebada. Pari aseguró que si los sembradíos llegan a sobrevivir, la producción se reducirá porque las papas serán pocas y pequeñas.

El tamaño de la cebada que está sembrada en el altiplano y que servirá para alimentar a los animales, debería ser de, al menos, 30 centímetros de alto, pero apenas llega a los 10.

La población de Calamarca también se ve afectada porque hay racionamiento de agua y la gente sólo puede abastecerse de 5.00 a 9.00 y de 18.00 a 21.00.

La comunidad de Ajoya también está afectada por la sequía. Está a 15 minutos de viaje, desde Calamarca. Allí, Primitivo y Genaro Huaynoca mostraron el estado de sus sembradíos.

“El sol está quemando, mirá los pastos ya se están secando”, expresó Genaro y señaló su chacra donde la mayoría de las plantas de papa tiene hojas cafés. Aseveró que no hay solución, “la siembra se perderá nomás”. 

Don Primitivo agregó que “ni siquiera podremos recuperar la semilla”. Sin embargo, ambos, padre e hijo, todavía albergan la esperanza de que llueva para salvar algo de su cosecha.

En Ajoya, 400 familias estarían afectadas por la sequía. Allí, para obtener agua, la gente tuvo que perforar un pozo de 18 metros.

Al otro lado, en el camino hacia Desaguadero, está el municipio de Los Andes. En la localidad de Tambillo no se sufre por la sequía, pero, los ríos Pallina y Katari todavía no rebalsaron, como ocurre cada año, comentó el comunario, Armando Pabón.

A 15 minutos de esa localidad está Huallaquiri donde los animales comen el poco pasto que queda. Florencia Apaza, vive en la zona. Comentó que si no llueve “no va a haber nada”.

Su vecina Wilma Vargas relató que el 24, 25 y 26 de enero, cayó granizada sobre sus cultivos y, luego, dos semanas de sequía.

En la misma situación están las chacras de Francisco Maita. Antes eran verdes y ahora quedan pocas plantas. “El granizo se llevó todo. Esto (señala sus cultivos) ya no va a recuperar”. El miércoles, los comunarios consultados por este medio pidieron ayuda a las autoridades.

Ni los rituales andinos hacen llover en La Paz Ni los rituales andinos hacen llover en La Paz Reviewed by wilynoel on 2/06/2009 11:09:00 a. m. Rating: 5

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