El Ejecutivo permite la venta de ropa vieja
Ayer entró en vigencia la prohibición a la venta de prendería de segunda mano. Sin embargo, las comerciantes de estas prendas trabajaron con normalidad. El Gobierno mantiene silencio sobre la posible ampliación de esta actividad. | ||||
De esta forma, y a pesar de que este miércoles entró en vigencia la prohibición gubernamental para la venta de prendas de vestir usadas, los locales donde venden los comerciantes de prendas a medio uso en las calles Mercado, Sanjinés, Honda y Figueroa abrieron sus puertas al público. Esta situación se repitió a su vez en Cochabamba y Santa Cruz. En la otra acera, entretanto, los dirigentes del Comité de Defensa de la Industria Nacional (Codeina) conminaron ayer al Gobierno a redactar la reglamentación del decreto que prohíbe la venta de esta mercadería ilegal y pidieron a su vez a las alcaldías del país la conformación de unidades especiales que comiencen de inmediato el decomiso de la vestimenta de segunda mano. Además, anunciaron procesos judiciales en contra de las autoridades del Órgano Ejecutivo en caso de que decidan ampliar el período de venta de las prendas a medio uso. El Gobierno, sin embargo, no se pronunció sobre este tema. Con todo, ayer la venta de algunos ropavejeros en La Paz no fue del todo normal. Varios puestos se hallaban cerrados y algunos locales estaban con las puertas entreabiertas, por el temor de los comerciantes ante posibles incautaciones. “Tengo mucho miedo. Aquí está todo mi capital y si pierdo esto no tendré ni para alimentar a mi familia”, aseguró la vendedora Nora Zapata, mientras desordenadamente cerraba su puesto, ante el anuncio de la llegada de policías. Aunque la alarma resultó falsa. “No hay que temer, somos miles. Si nos atacan, vamos a bloquear el país. Además, tenemos el apoyo de la gente que nos compra”, aseguró una de las compañeras de Zapata. Las palabras de esta mujer se hacen carne al recorrer los locales comerciales que ofrecen esta mercadería. Algunas vendedoras de ropa usada han optado hace meses por ofertar también en sus puestos de venta prendas elaboradas por manos bolivianas. Sin embargo, aseguran que los propios compradores terminan eligiendo las prendas estadounidenses. “La gente prefiere la ropa americana. Es de mejor calidad, tiene más variedad y es barata”, dijo Martha Paucara, vendedora de abrigos de la calle Sanjinés. “Mi hijo está en la escuela y arruina todos sus pantalones. Por eso opto por comprar jeans de marca. Aunque usados, me duran más y al final me sale más barato”, aseguró María Salvatierra, que compró esta ropa en uno de los locales de la calle Figueroa. A pesar de ello, los costos de la ropa de segunda mano tienden ahora a subir. Según las vendedoras, este fenómeno se debe al encarecimiento del precio del fardo de ropa usada americana que —aseguran— aún ingresa de contrabando desde Iquique, Chile. “Hasta el año pasado, comprábamos el fardo de prendas en 350 dólares, pero hace unas semanas ya no llega. Dicen que los controles han aumentado en la frontera y por eso nos venden ahora hasta en 450 dólares. Así ya no es negocio”, explicó Claudia, encargada del local Amor de Dios. Según datos oficiales, se calcula que aún existen en el país unas 11.000 toneladas de prendería de segunda mano. En Oruro, los comerciantes de estas prendas marcharon por el centro de esa ciudad y exigieron al Gobierno que decrete una prórroga que les permita vender los saldos de la mercadería. “No estamos pidiendo que se permita el ingreso de nuevos fardos, sólo que se nos permita acabar con el stock”, señaló uno de los dirigentes a ATB. Sin embargo, desde Cochabamba los micro y pequeños empresarios, acompañados por trabajadores fabriles, amenazaron con declararse en “quiebra total y general” si el Gobierno amplía la venta de estas prendas, informó ANF. Tras protagonizar una marcha por las principales calles de Cochabamba, los microempresarios ratificaron que seguirán “en guerra” contra la internación de ropa usada. “La internación de ropa usada nos está obligando a vender nuestra maquinaria y cerrar nuestros negocios, ocasionando perjuicios al Estado”, aseguró Édgar Siles. “Tengo mucho miedo. Aquí está invertido todo mi capital, y si pierdo esto no tendré ni para alimentar a mi familia”. “La internación de ropa usada al país nos está obligando a vender nuestras maquinarias y a cerrar nuestros negocios”. ANTECEDENTES Internación • En enero del 2004, el gobierno de Carlos Mesa emitió el Decreto Supremo 27340 que permitió la importación de ropa usada por dos años. Sin embargo, desde entonces el plazo se fue extendiendo por la presión de los vendedores de esas prendas. Prohibición • El 2007 venció el plazo final para la importación de prendas usadas. Desde entonces, está prohibido su ingreso al país. Sin embargo, los fardos continúan ingresando de contrabando por Iquique, Chile, según lo confirmaron los comerciantes de esta mercadería. Comercialización • La comercialización de prendería usada en Bolivia debió concluir en abril del 2008. Sin embargo, las movilizaciones de los miles de vendedores de estas prendas provocaron que el Gobierno de Evo Morales ceda. Entonces, el Órgano Ejecutivo extendió el plazo hasta el 31 de marzo. Control • El decomiso de las prendas aún no se inició, ya que se requiere reglamentar el decreto gubernamental. El Órgano Ejecutivo analizaba hasta ayer si ampliaba una vez más el plazo para la comercialización. |
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