La armada viene a ganar

Maradona fue el único que saludó a la afición en Viru Viru; habló en el Yotaú. Dijo que si Bolivia es ofensiva, su equipo también. Messi fue el más ovacionado.

Diego Armando Maradona, seleccionador de Argentina, fue el único que levantó la mano para saludar a la afición que con gritos de “bienvenido Pelusa”, “Diego, Diego...” le recibió a él y a la delegación albiceleste que, apenas pisó la pista del aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz, subió a un bus. “Venimos a ganar”, dijo más tarde en una conferencia de prensa en el hotel Yotaú. Tras una hora de espera, el DT habló a las 22.20 por cuatro minutos en los que afirmó que “uno tiene que jugar donde nace, esto no ha cambiado, lo viví en carne propia y saldremos a jugar como si estuviésemos jugando normalmente”. No quiso referirse al esquema táctico que empleará en el choque ante Bolivia. “Si Bolivia es ofensiva, Argentina también será ofensiva. La idea es tener la pelota el mayor tiempo posible, tenemos gente para hacerlo”, sostuvo el entrenador. Maradona y la delegación argentina llegaron en el vuelo chárter 0231, que arribó a las 20.10 a suelo cruceño, el primero en descender de la aeronave fue un miembro del cuerpo técnico. El segundo fue Maradona. Cuando apareció y tras escuchar el recibimiento de la afición, el símbolo del balompié mundial levantó la mano derecha para agradecer a la gente. La aparición de Carlos Tevez causó el delirio de la escasa gente que logró ubicarse en la terraza de la terminal aérea, pues un dispositivo de seguridad con 60 policías impidió que el público ingrese a Viru Viru. La emoción se intensificó cuando Lionel Messi —el hombre que vale 254 millones de euros, casi 330 millones de dólares y cuya cláusula de rescisión de contrato con el Barcelona es de 150 millones de euros (195 millones de dólares)— se presentó en escena. “Messi, Messi te queremos”, le gritaba el público y el jugador hizo lo mismo que sus compañeros, caminar con dirección al vehículo que luego los trasladó al hotel, ubicado a 18 kilómetros del aeropuerto, aproximadamente. Antes de subir al bus, Messi accedió a tomarse fotografías con algunos de los trabajadores del lugar, quienes con cámara en mano aprovecharon para fotografiarse junto a otras estrellas como Sergio Agüero, al que le felicitaron por el nacimiento de su hijo. El bus partió a las 20.30 y tardó aproximadamente 30 minutos para llegar al hotel, donde se destinaron 30 habitaciones, dos suites, una para Maradona y la otra para el presidente de la delegación; se repitió el operativo estricto, pero esta vez el millar de personas logró rebasar la seguridad y se produjeron incidentes en contra de periodistas, que al final no pasó a mayores.