| Un mayor y dos suboficiales de la Primera Brigada Aérea de la ciudad de El Alto fueron remitidos ayer al Tribunal Permanente de Justicia Militar, luego de que el sumario informativo de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) estableciera su presunta responsabilidad por el robo de 110 mil proyectiles de diferentes calibres.
El comandante general de la FAB, general Daniel Salazar, explicó ayer, en conferencia de prensa que hace dos semanas un suboficial fue sorprendido por efectivos de seguridad e inteligencia de la Primera Brigada Aérea con un fusil Galil y municiones que intentaba sacar de la unidad militar.
La autoridad prefirió no revelar los nombres de los tres implicados, que son procesados por el delito de hurto de cartuchos de uso militar o munición, señalado en el Código Penal Militar.
El sumario informativo señala que el oficial de grado mayor es el jefe del depósito de municiones y uno de los suboficiales aparece como encargado del recinto. El tercer militar es un técnico y aparece como cómplice.
De las 110 mil municiones, 20.000 proyectiles son de calibre nueve milímetros; 90.000 cartuchos punto 50 (de uso en aviación) y 92 que corresponde a fusiles Galil de 62 y 40 milímetros.
Luego de la inventariación del material bélico, el Comandante de la Primera Brigada Aérea elevó un informe a su superior e instruyó un sumario informativo contra los responsables del depósito de munición y armamento de la FAB, y el presunto cómplice.
Salazar agregó que en la investigación aparecieron tres implicados más, un suboficial y dos sargentos técnicos de esa Fuerza, los que fueron absueltos en el sumario informativo y serán sancionados por la vía ejecutiva por faltas disciplinarias.
Dijo que este es el primer robo que se registra en su gestión. “Ellos (los remitidos al Tribunal Militar) no tendrán opción de seguir ocultando (las balas)”.
El Departamento I y II de la FAB investiga el destino de los cartuchos, los tres involucrados se acogieron al derecho del silencio y no aportan con información para recuperar el material militar. Una hipótesis dice que los cartuchos de avión fueron desviados para el comercio de cobre. “Son cartuchos bastante grandes
—explicó Salazar— que sólo se pueden disparar desde una aeronave y están desactivados. Son de cobre y esto se funde”.
Otra hipótesis apunta a que una parte de los proyectiles podo servir para armas robadas a las Fuerzas Armadas. (En diciembre de 2006 se perdieron 10 fusiles AKT52 de la base naval de Cobija y Pando. Ese armamento, según informó entonces Los Tiempos, tenía un costo de 30 mil dólares en el mercado negro de Brasil.) |
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